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Cifosis

Descripción general

La cifosis y la lordosis son tipos de deformidades de la columna. Si bien una ligera curvatura de la columna es normal y saludable, hay algunos casos en los que es demasiado pronunciada y puede causar deformidades cosméticas y riesgos para la salud. Cuando la columna vertebral se curva demasiado hacia adentro en la zona lumbar, se denomina lordosis. Cuando la columna en el omóplato o en la zona media de la columna tiene demasiada curvatura hacia adelante o demasiada joroba, se denomina cifosis. La cifosis ocurre con mayor frecuencia en el área torácica de la columna.

Causas

Algunas personas nacen con cifosis cuando existe una anomalía natural en la columna. La cifosis también puede ser una afección adquirida. Los adolescentes en particular pueden desarrollar cifosis debido a una mala postura, especialmente las niñas de entre 12 y 15 años. La cifosis adolescente se llama enfermedad de Scheuermann.

Las fracturas por compresión a menudo están relacionadas con el desarrollo de muchos casos de cifosis en adultos, porque hacen que las vértebras se atasquen, lo que reduce la cantidad de espacio entre cada vértebra. Estas fracturas pueden ocurrir como resultado de la degeneración de discos, artritis, osteoporosis y espondilolistesis. Las personas con osteoporosis pueden desarrollar cifosis debido al debilitamiento y compresión de las vértebras. La cifosis en estos individuos se trata con una acción agresiva contra la osteoporosis para prevenir un mayor debilitamiento de los huesos.

Síntomas

Los síntomas de la cifosis son similares a los de la escoliosis. Estos incluyen hombros, pecho, caderas, omóplatos, cintura desiguales o una tendencia a inclinarse hacia un lado. En otros casos, no hay síntomas visibles. Para diagnosticar a una persona con escoliosis, pídale que se toque los dedos de los pies. Si uno o ambos omóplatos son prominentes, la cintura está desplazada o las costillas están disparejas, puede haber cifosis. La cifosis también se llama «jorobado» debido a la apariencia encorvada que a menudo se observa en los pacientes. Otros síntomas incluyen fatiga y dificultad para respirar

Diagnóstico

A continuación se describen algunas de las herramientas de diagnóstico que su médico puede utilizar para conocer mejor su afección y determinar el mejor plan de tratamiento para su afección.

Historial médico: realizar un historial médico detallado ayuda al médico a comprender mejor las posibles causas de su dolor de espalda y cuello, lo que puede ayudarlo a delinear el tratamiento más adecuado.

Examen físico: durante el examen físico, su médico intentará identificar la fuente del dolor. También se pueden realizar pruebas sencillas de flexibilidad y fuerza muscular.

Las radiografías suelen ser el primer paso en los métodos de prueba de diagnóstico. Las radiografías muestran los huesos y el espacio entre los huesos. Sin embargo, tienen un valor limitado, ya que no muestran músculos ni ligamentos.

La resonancia magnética (IRM) utiliza un campo magnético y ondas de radio para generar imágenes muy detalladas del interior de su cuerpo. Dado que las radiografías solo muestran huesos, se necesitan resonancias magnéticas para visualizar tejidos blandos como discos en la columna vertebral. Este tipo de imágenes es muy seguro y, por lo general, indoloro.

Tomografía computarizada / mielograma: una tomografía computarizada es similar a una resonancia magnética en que proporciona información de diagnóstico sobre las estructuras internas de la columna. Un mielograma se usa para diagnosticar un disco abultado, un tumor o cambios en los huesos que rodean la médula espinal o los nervios. Se inyecta un anestésico local en la zona lumbar para adormecer el área. Luego se realiza una punción lumbar (punción lumbar). Se inyecta un tinte en el canal espinal para revelar dónde se encuentran los problemas.

Electrodiagnóstico: las pruebas eléctricas de los nervios y la médula espinal se pueden realizar como parte de un estudio de diagnóstico. Estas pruebas, llamadas electromiografía (EMG) o potenciales evocados somato sensoriales (SSEP), ayudan a su médico a comprender cómo sus nervios o médula espinal se ven afectados por su afección.

Gammagrafía ósea: las imágenes óseas se utilizan para detectar infecciones, neoplasias malignas, fracturas y artritis en cualquier parte del esqueleto. Las gammagrafías óseas también se utilizan para encontrar lesiones para biopsia o escisión.

La discografía se utiliza para determinar la estructura interna de un disco. Se realiza usando un anestésico local e inyectando un tinte en el disco bajo la guía de rayos X. Se realizan una radiografía y una tomografía computarizada para ver la composición del disco y determinar si su estructura es normal o anormal. Además de la apariencia del disco, su médico notará cualquier dolor asociado con esta inyección. El beneficio de un discograma es que le permite al médico confirmar el nivel del disco que está causando su dolor. Esto asegura que la cirugía sea más exitosa y reduce el riesgo de operar en el disco incorrecto.

Inyecciones: las inyecciones para aliviar el dolor pueden aliviar el dolor de espalda y brindarle al médico información importante sobre su problema, además de brindar una terapia puente.

Tratamiento

Al tratar la cifosis, primero se debe considerar la causa de la enfermedad. Algunos casos requieren cirugía desde el principio, mientras que otras veces, el mejor curso de acción puede ser el uso de aparatos ortopédicos y fisioterapia. Aunque los aparatos ortopédicos pueden ayudar a reducir los síntomas del dolor, tienen menos éxito para solucionar el problema subyacente de una columna curva, especialmente en adultos. Los programas de fortalecimiento y estiramiento pueden ayudar a reducir los síntomas. La natación y otras formas de ejercicio de bajo impacto son beneficiosas. En los casos que requieran intervención quirúrgica, el objetivo es reducir la curvatura y aliviar el dolor y las molestias durante un largo período de tiempo.

Preguntas más frecuentes

¿Cuándo es necesaria la cirugía para tratar la cifosis?

La cirugía siempre se trata como último recurso, mientras que los métodos más conservadores se prueban primero. En general, se considera cirugía cuando la curva supera los 75 grados. Otros casos en los que se puede recomendar la cirugía son aquellos que padecen dolor crónico y / o una curva rápidamente progresiva.

¿Cómo puedo prevenir la cifosis?

El fortalecimiento de los músculos de la espalda puede ayudar a prevenir una mala postura, que puede provocar cifosis. La osteoporosis, que también puede causar cifosis, se puede prevenir ingiriendo suficiente calcio y vitamina D, haciendo ejercicio y haciendo ejercicios de fuerza con regularidad.

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