El dolor de cuello a menudo puede tratarse en casa. Sin embargo, si los síntomas no mejoran, puede ser momento de buscar ayuda profesional.

Con más de 20 músculos, ocho pares de nervios y siete huesos, el cuello es una estructura compleja encargada de sostener una cabeza de aproximadamente 5 kilos, permitiendo una amplia variedad de movimientos. Por eso no es sorprendente que, a veces, algo salga mal y provoque dolor.

“En el cuello ocurren muchas cosas”, explica el Dr. Seth A. Waldman, Director de la División de Manejo del Dolor y titular de la Cátedra C.V. Starr en Manejo del Dolor en HSS. “Es una de las áreas del cuerpo con una gran cantidad de nervios y estructuras superpuestas. Por eso, los problemas en el cuello pueden provocar dolor no solo ahí, sino también dolor referido y otros síntomas en la cabeza, el pecho, los brazos o las piernas”.

Aunque el dolor de cuello suele mejorar con tratamientos simples como descanso y analgésicos de venta libre, hay señales de alerta que requieren atención médica inmediata, según el Dr. Waldman. Estas incluyen:

– Dolor acompañado de debilidad muscular en brazos o piernas

– Dolor con pérdida del control de la vejiga o los intestinos

– Dolor con aparición repentina de torpeza o caídas

– Dolor asociado con pérdida de peso inexplicable

– Dolor intenso que se irradia hacia brazos o piernas al moverse.

“Si al bajar la barbilla sientes una descarga en las extremidades, eso podría ser un signo de compresión de la médula espinal y debe ser evaluado de inmediato por un médico”, advierte el Dr. Waldman.

Además, cualquier dolor de cuello tras una lesión traumática, como un accidente automovilístico o una caída, debe considerarse una urgencia médica.

Tratamientos Caseros para el Dolor de Cuello

Para quienes tienen dolor de cuello sin señales de alarma, el Dr. Waldman sugiere comenzar con:

– Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), como ibuprofeno (Advil), o paracetamol (Tylenol);

– Aplicación de calor, como una almohadilla térmica;

– Estiramientos suaves de los músculos del cuello, la parte superior de la espalda y los hombros.

Si después de una semana no hay mejoría o el dolor empeora, se recomienda acudir a un especialista en columna vertebral.

Diagnóstico del Dolor de Cuello

Durante la consulta, el médico tomará un historial clínico y realizará un examen físico. La finalidad de este examen es detectar signos de compresión nerviosa, como cambios en los reflejos, la sensibilidad o la fuerza muscular, que a veces no son evidentes para el propio paciente.

También pueden solicitarse estudios por imágenes, como radiografías, resonancias magnéticas (MRI) o tomografías (CT). Estos ayudan a decidir el tratamiento adecuado, que podría incluir: Inyecciones de esteroides en el área afectada; Inyecciones en puntos gatillo; Ablación por radiofrecuencia; O, en casos necesarios, cirugía.

Cuando no hay compresión grave de los nervios, lo más común es remitir al paciente a fisioterapia.

“Lo más importante es estar en manos de un fisioterapeuta experimentado”, señala el Dr. Waldman.

Fisioterapia para el Dolor de Cuello

La fisioterapia se basa en un programa de ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de los músculos del cuello, así como actividades para mejorar la postura, una causa común de dolor cervical, especialmente entre quienes trabajan frente a pantallas.

“El dolor de cuello es una epidemia, y durante la pandemia de Covid-19 se hizo aún más frecuente debido a los cambios en los hábitos laborales”, dice el Dr. Waldman.

Otro factor importante es el uso del teléfono móvil, que ha afectado negativamente la postura de muchas personas.

Si te sorprendes encorvado frente al escritorio o inclinando el cuello para mirar el celular, corrige tu postura juntando los omóplatos y bajándolos hacia el suelo. Imaginar que sostienes un lápiz entre ellos puede ayudarte, sugiere el Dr. Waldman.