La bursa es un tejido que se encuentra entre el acromio y el tendón del supra espinoso. Su función es separar el tendón del hueso y asi poder mover la articulación. Cuando la bursa se inflama se denomina bursitis.
Síntomas
En los casos iniciales los pacientes comienzan con dolor en el hombro que se irradia a la parte media del brazo, al realizar algunos movimientos. En la medida que la enfermedad progresa el dolor aparece en reposo y suele ser peor por las noches al dormir, lentamente se va perdiendo movimiento hasta llegar a limitar la los rangos articulares y la función de la extremidad.
Causas y factores de riesgo
La bursitis puede ocurrir por diferentes causas como la fricción entre el acromio y los tendones del manguito rotador lo que seria un pinzamiento. El acromion normalmente en plano por su parte inferior, en algunos pacientes puede tener variaciones presentando una inclinación que puede favorecer el pinzamiento.
En otros casos las bursitis pueden ser secundarias a tendinitis o roturas del manguito rotador o a artrosis acromio-clavicular.
Prevención
Evitar movimientos repetidos por encima de la altura de la cabeza, dormir con el brazo sobre la cabeza o realizar movimientos con el brazo extendido por detrás del plano del cuerpo, como cuando colocamos una bolsa en el asiento trasero del coche, puede evitar la aparición o empeoramiento de las bursitis.
Si la causa esta asociada a un pinzamiento sub acromial o a lesiones de tendones, es importante tratar la causa para evitar que se repita
Diagnóstico
El paciente acude a la consulta con dolor que puede variar en el tiempo de evolución, las limitaciones que produce y en la intensidad del mismo.
En la exploración física el médico valorará los rangos articulares, la fuerza muscular y realizará maniobras para evaluar el manguito rotador, el tendón del bíceps y la estabilidad de la articulación.
Dependiendo de los hallazgos solicitara radiografías, una ecografía o una resonancia magnética, a fin de determinar la indemnidad de los tendones ya que de ello dependerá el tratamiento.
Tratamiento
El tratamiento inicial es conservador con antiinflamatorios, reposo y frio local. Si los síntomas no mejoran se pueden considerar otras alternativas como lo son: la rehabilitación, infiltraciones o la medicina regenerativa y en los casos más severos o en aquellos en que ha fracasado el tratamiento conservador, se plantea la cirugía.