Dolor crónico

Posibles riesgos de posponer operaciones de cadera y rodilla

FISIOTERAPIA IMSKE

Posibles riesgos de posponer operaciones de cadera y rodilla

FISIOTERAPIA IMSKE

Según datos de la última Encuesta Nacional de Salud, un 18 % de la población padece artrosis, enfermedad degenerativa que cursa con dolor; un 16 % cervicalgia; un 19 % dolor lumbar crónico. Y así, la mayoría de los 8 millones de españoles que padecen dolor crónico tienen problemas del aparato locomotor y músculo esquelético. Las personas mayores conforman un colectivo especialmente afectado por el dolor crónico.

 

Retraso de cirugía por covid-19

La indicación para la colocación de una prótesis de cadera es la existencia de un trastorno articular en la cadera, que provoque dolor incapacitante y limitación funcional que no responda a tratamientos conservadores. En el caso de la rodilla, la colocación de la prótesis llega por la destrucción de la articulación– por fracturas en las que no se haya conseguido reestablecer la articulación, tumores, etc.- y el dolor incapacitante, así como, de nuevo, la inviabilidad de devolverle su funcionalidad con terapias conservadoras. Una vez establecida la necesidad de que un paciente se someta a una cirugía de prótesis de cadera o rodilla, el retraso en acometer la intervención pueda agravar considerablemente el pronóstico del paciente.

En los últimos meses, el miedo al contagio de covid-19 podría, especialmente entre las personas mayores dada su condición de grupo de riesgo, estar postponiendo intervenciones quirúrgicas que, de seguir dilatándose en el tiempo, pondrían en riesgo el resultado y recuperación tras la intervención.

 

Consumo de fármacos

La artrosis es uno de los motivos que más se repite entre las personas mayores como necesidad de colocar una prótesis de cadera o rodilla. En este sentido, resulta especialmente preocupante el hecho de que los pacientes con artrosis de grandes articulaciones como la cadera y rodilla sufran dolor que limita sus actividades rutinarias y que les lleve en muchos casos, en un intento por controlar el dolor y preservar su calidad de vida, al consumo de grandes cantidades de analgésicos y anti-inflamatorios. Esta práctica, explica el Dr. Alexander Jakowlew, traumatólogo en el hospital IMSKE, “puede producir efectos adversos que afectan el sistema digestivo, renal o cardiovascular, y en algunos pacientes generar dependencia”.

 

Consecuencias cardiovasculares

Las personas con artrosis avanzadas reducen su actividad física a causa del dolor, haciendo un flaco favor a su salud cardiovascular. “Además de consecuencias como aumento de peso o pérdida de los rangos de movimiento, el sedentarismo puede empeorar enfermedades como la hipertensión y la diabetes”, afirma el Dr. Jakowlew.

 

Deterioro de movilidad

Otra complicación por demorar la cirugía protésica es la sobrecarga mecánica que se produce en otras articulaciones, “generando”, concluye el Dr. Jakowlew, “contracturas, tendinitis e incluso acelerando la artrosis”. “Estos pacientes”, añade, “con frecuencia se ven obligados a usar bastones y a depender de otras personas para cubrir sus necesidades mínimas; también tienen dificultades para dormir a causa del dolor y disminuyen sus relaciones sociales”. Este escenario puede complicar el cuadro clínico del paciente ante el riesgo de que entre en procesos depresivos o de ansiedad.

Colocar una prótesis de cadera o de rodilla debe ser una decisión consensuada entre el paciente y el equipo médico, “si bien es cierto que se deben intentar todos los procedimientos alternativos antes de colocar una prótesis, especialmente en pacientes más jóvenes”, aclara el Dr. Jakowlew. “El momento de realizar la cirugía es cuando la calidad de vida del paciente está afectada y los tratamientos alternativos han fracasado”, concluye.

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