«Dolor de espalda matutino»
“Últimamente me despierto…” es una expresión muy común para relatar una experiencia de dolor lumbar. Sin embargo, el hecho de que sea muy habitual en la población no significa que despertarse con dolor de espalda esté relacionado con alguna condición clínica preocupante o grave. Según diferentes estudios epidemiológicos, podemos encontrar varias explicaciones a este dolor de espalda matutino tan frecuente en la población. Dolor de espalda matutino
¿Qué causas con las más frecuentes?
1. Insomnio o alteraciones del sueño: sin duda, constituye la explicación más común en la literatura. De hecho, una noche de sueño reparador suele ser uno de los mejores y
más naturales ‘tratamientos’ para el dolor de espalda.
2. Posturas mantenidas o ‘incómodas’: si tenemos en cuenta que nuestra espalda está diseñada para el movimiento, es absolutamente coherente que la primera sensación
de dolor y entumecimiento sea el mensaje que necesitamos para empezar a movernos, y que nuestras articulaciones y músculos se pongan en acción. Pero no
existe evidencia clínica de la existencia de ‘malas’ o ‘buenas’ posturas para dormir.
3. Enfermedad inflamatoria: algunas de las patologías inflamatorias autoinmunes se caracterizan por presentar dolor y rigidez lumbar matutina. Estas condiciones son relativamente raras y, en cualquier caso, benignas. Aunque, efectivamente, pueden resultar muy dolorosas e incapacitantes.
Por otro lado, resulta muy interesante también desmitificar la calidad del colchón o la presencia de alteraciones discales (protrusiones o hernias) como posibles causas de dolor lumbar matutino, ya que no existe evidencia de que estos factores tengan una elevada correlación ni relevancia clínica a la hora de considerarse un factor causal directo del dolor de espalda matutino.
En IMSKE nos adherimos a la creciente y cada vez más sólida evidencia de que el dolor de espalda matutino, una vez descartada una patología subyacente (volvemos a insistir, que es muy poco habitual), tiene como mejor explicación los hábitos de vida de la persona, porque de algún modo podemos inferir que lo que hacemos a lo largo del día va a tener su repercusión nocturna y, por tanto, se va a manifestar en el momento de despertarse y empezar el día.
Así por tanto os proponemos una serie de ejercicios de estiramiento muy sencillos para practicar a diario:
Además de estos ejercios, desde IMSKE os damos algunos consejos o recomendaciones que también ayudarán a paliar ese dolor de espalda matutino. Son estos:
• Adquirir un hábito de ponerse en movimiento nada más despertarse, incluso la propia cama puede ser un lugar adecuado para ello.
• Hacer más ejercicio: Es lo más parecido que hay a un medicamento multifunción. El entrenamiento de fuerza adaptado a las características de cada persona es increíblemente valioso y sorprendentemente eficiente.
• Dormir más y mejor: Trabajar un buen hábito de sueño es probablemente una inversión casi tan buena como el ejercicio. Cenar pronto y ligero, no exponerse a dispositivos tecnológicos las dos horas previas a iniciar el sueño, realizar una pequeña práctica respiratoria de relajación…son estrategias recomendables para afrontar una noche de sueño más reparadora y de mejor calidad.
• Adquirir hábitos de alimentación saludable: haciendo especial hincapié en incorporar alimentos reales, dejando de lado los alimentos ultra procesados. Y dentro de esos alimentos saludables, especial importancia en aquellos a los que se les atribuyen propiedades ‘anti-inflamatorias’ por sus altos contenidos en Omega-3 (nueces, pescados azules, huevos…).
• Dejar de fumar. Ya sabemos que inhalar humos tóxicos es altamente inflamatorio, y cada vez es más sabido el efecto que tiene sobre nuestro sistema inmunitario y, por tanto, con una gran influencia sobre la calidad de nuestro descanso.
• Beber menos alcohol. El alcohol es un veneno, con un componente altamente inflamatorio y estresante para nuestro organismo, altamente relacionado con procesos
interferentes en un sueño de calidad.
• Reducir los focos de estrés. Probablemente el factor más contribuyente a que nuestro organismo no pueda recuperarse en el proceso de descanso, por la gran cantidad de alteraciones que produce en nuestros sistemas. Un organismo estresado que no descansa es el mejor candidato para despertarse con rigidez y dolor.
Es evidente que no podemos controlar lo que pasa en nuestro organismo (y en nuestra espalda) cuando dormimos, pero lo que indudablemente está en nuestra mano es invertir en nuestra salud durante el día para que la recuperación nocturna sea eficaz. Y esa es la verdadera llave que tenemos para mejorar nuestro dolor de espalda matutino.